En 1833 y durante varios meses, Théobald Boehm trabajó en estrecha colaboración con Gordón, un flautista que había encargado la construcción de algunos instrumentos basados en el sistema ideado por Boehm. Gordón había coincidido con Boehm en Londres dos años antes y, al parecer, ambos se habían entendido bien. Varios años después, la salud mental de Gordon se deterioró. Cuando en 1847 tuvo lugar la presentación en sociedad de la flauta del afamado constructor alemán, la esposa de Gordon se mostró muy ofendida porque no se había mencionado a su marido. Este hecho, aparentemente poco relevante, marcó el comienzo de una larga polémica que duró años. Los partidarios de Boehm lo defendían como el padre de la flauta moderna, pues fue él quien sintetizó los trabajos anteriores. En ningún caso se ponía en duda la colaboración de Gordon y otros constructores como Tromlitz, pero una cosa era admitir esta participación y otra bien distinta atribuir la paternidad de la flauta moderna a Gordon, quien, por otra parte, ya no podía tomar partido en la disputa.
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