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martes, 29 de marzo de 2011

GIOVANNI ANTONINI

Para despedirnos del 2ºtrimestre(no tardaremos en volver)os ofrecemos una sencilla entrevista a un grandísismo musico en la flauta dulce de la que nos comenta de que la música se ha convertido en un mero divertimiento:

–¿Cómo ha conseguido luchar contra el peso de la tradición?


–En realidad, las orquestas son los directores en la medida que transmiten lo que éstos provocan en los músicos. Y no se puede negar que Salzburgo se ha contaminado también de la moda de invitar a directores procedentes del ámbito del Barroco.



–Y con ello, a un cambio en la concepción del sonido.

–De alguna forma, se ha dado la vuelta, ya que algunos directores especializados en el Barroco han hecho que se haya pasado de los excesos tardorrománticos de una densidad exagerada a un tipo de sonido que prescinde de ella, con el que se llega a una sequedad excesiva.



–Para los músicos, supone un gran reto porque, con los pocos ensayos con que trabajan las orquestas ahora, no es fácil darle la vuelta.

–Claro, parece que se simplifica en una pregunta que los músicos te hacen de entrada: ¿con vibrato o sin vibrato? Pero no hay una única respuesta. Yo digo: depende. El vibrato no puede convertirse en una obsesión para el intérprete. Quizá es que vivimos en un tipo de sociedad muy práctica y los músicos quieren un referente que les dé las instrucciones muy claras. Así, en Brahms se vibra; en Bach, no y en Beethoven, a medias. Eso es ridículo.


–¿Acudimos aún a los conciertos con una actitud casi religiosa?

–La visión de la música ha variado mucho. Es con Wagner cuando la música se configura como algo sagrado. Porque en el XVIII las claves eran muy evidentes pero es en el Romanticismo cuando surge esa idea de la magia de la música y del poder demiúrgico de compositores e intérpretes.



–Pero es lógico que el público no sea consciente de ello... Exige una formación muy intensa.

–Tal vez no hay que desarrollar una formación pero sí una sensibilidad especial para comprender el sonido de la misma manera que pueda necesitarlo la poesía. Cuanto mejor preparado esté un oído más llegará a comprender el sonido.



–Y con una sociedad un tanto superficial.

–Desgraciadamente, la música se ha convertido en un mero divertimento o complemento de la imagen en la televisión. No todo el mundo está dispuesto a desarrollar su oído.

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